Tradición
La tradición musical de la familia Wurlitzer se remonta hasta el siglo XVII. Los antepasados de Rudolph Wurlitzer, que emigraron a América en 1853, a los 24 años, se habían hecho ya un nombre en Sajonia como fabricantes y comerciantes en instrumentos musicales.

Rudolph Wurlitzer y la planta de producción de North Tonawanda
Rudolph Wurlitzer fundó THE WURLITZER COMPANY en 1856. Al principio importó instrumentos musicales y abrió puntos de venta en todas las ciudades americanas importantes. En 1880 inició la producción de pianos en América. En 1896 fue presentado en el mercado el “Tonophone”, el primer piano accionado con monedas. Las ventas roporcionadas por los órganos de cine y teatro alcanzaron importantes cimas en la era del cine mudo del siglo XX. Sigue siendo bien conocido el “Mighty Wurlitzer”.
Farny Wurlitzer, hijo menor del fundador de la compañía, adquirió un mecanismo patentado de una caja de música al principio de los años treinta, y contrató a su inventor, Homer Capehart, y a un brillante diseñador llamado Paul Fuller. Éste fue el inicio de la “época dorada” de Wurlitzer, con los primeros tocadiscos que reproducían los antiguos discos de goma laca de 78. Wurlitzer se hizo rápidamente con el 60 % del floreciente mercado de los tocadiscos. Con “”Music for millions”" (Música para millones), en esta época el nombre de Wurlitzer se convirtió en sinónimo de tocadiscos.
1933 fue un año decisivo en la historia de WURLITZER. Hasta entonces, los círculos selectos americanos habían tenido pianos y órganos teatrales; ahora, con el primer modelo “P10″, el Tocadiscos Wurlitzer pasó a ser una imagen familiar para todos cuantos frecuentaban restaurantes o bares. Insertando una moneda, se podía seleccionar una canción entre 10 títulos de discos de goma laca. En los años treinta, el tocadiscos se convirtió en “la sala de conciertos del hombre de la calle”.

WURLITZER TONOPHONE

El órgano para cine y teatro MIGHTY WURLITZER

El primer tocadiscos Wurlitzer 'P10' con discos
Este principio se ha mantenido hasta el presente. El cliente puede seleccionar una pieza de la lista de canciones, tras insertar una moneda. En la actualidad se utilizan CDs, y se puede escoger entre más de 2000 títulos. La calidad del sonido es infinitamente superior y el tocadiscos puede satisfacer prácticamente cualquier petición musical.
El WURLITZER “1015″ se convirtió en un gran éxito en 1946. Wurlitzer tuvo que interrumpir la producción de tocadiscos debido a la guerra, para fabricar importantes productos para la contienda, como, por ejemplo, componentes de radar. Durante este período, los técnicos, y en especial el diseñador Paul Fuller, siguieron trabajando en nuevos modelos de tocadiscos. El resultado se llamó el “1015″. Entre 1946 y 1947, y en sólo 18 meses, se produjeron y vendieron 56.000 unidades de estas máquinas. El excepcional diseño del “1015″ había hecho posible el más atractivo tocadiscos de todos los tiempos. Se ha vendido más que cualquier otro modelo de tocadiscos en el siglo XX. La “época de oro” del tocadiscos siguió hasta los primeros años de la posguerra.
La “época de plata” de los tocadiscos comenzó en torno a 1950. Se cambió el diseño, irrumpieron los singles de 45 y la selección entre 100 títulos pasó a ser estándar. Comenzó la producción de tocadiscos con resplandecientes cromados e iluminación mágica, que se convirtieron en un fascinante centro de atención de todo bar o café. En 1956, y con ocasión del 100 aniversario de la compañía, Wurlitzer produjo su primer tocadiscos con una selección de 200 títulos. En 1986, Deutsche Wurlitzer GmbH sacó al mercado el nostálgico tocadiscos “One More Time” con tecnología moderna, 40 años después del original “1015″, que sigue disfrutando de una interrumpida popularidad hasta nuestros días.